sábado, 19 de noviembre de 2016

CONOCERNOS

Conocernos a nosotros mismos es más que conocer nuestra propia individualidad, es reconocer que somos fragmentos de nuestros padres, de nuestros anteriores. Saber de donde venimos nos va a ayudar a saber donde estamos y hacia donde vamos.


Aceptar que nuestro padre y nuestra madre son nuestros referentes naturales y esenciales: como hombre y mujer, como pareja… nos va a permitir tomar consciencia de cómo nos relacionamos con las personas significativas para nosotros: con nuestra pareja, con nuestros hijos, etc. Desde esta mayor consciencia podremos manejar mejor las posibles repeticiones o proyecciones que estemos expresando en éstas relaciones.

sábado, 15 de octubre de 2016

CARTA DE UNA HIJA A SUS PADRES SEPARADOS

Hola mamá, hola papá,
Os escribo esta carta porque desde que os separasteis, están pasando algunas cosas que me están haciendo sentir triste e insegura. Me doy cuenta de que vosotros también estáis sufriendo, veo que esta separación nos está afectando a todos. Me siento perdida porque no tengo ninguna experiencia en esto, nunca me había pasado nada igual...
Necesito que me ayudéis, que me comprendáis, que miréis por mi. Me gustaría pediros lo siguiente:
  • Que no me pongáis en medio de vosotros, cuando tengáis que solucionar asuntos vuestros os pido que lo hagáis en privado.
  • Que me permitáis estar con los dos, que no me hagáis decidir por uno. Sois mis padres y os quiero y necesito a los dos.
  • Algo que me gustaría es que cuando sea posible, me habléis bien del otro. Cuanto mejor os llevéis más fácil me será adaptarme a la nueva situación.
  • Os pido que miréis por mis necesidades. Una de las cosas que necesito es hablar de lo que está pasando.
  • También os pido que intentéis que mi vida cambie lo menos posible, me gustaría no tener que cambiarme de casa, ni de colegio, me gustaría seguir teniendo los mismos amigos. Sobretodo necesito que no me separéis de mis hermanos.
  • No me tratéis como a una persona mayor, ni como a una amiga, necesito seguir sintiéndome vuestra hija.
  • Necesito poder expresar mi enfado y saber que estáis ahí respetando mis sentimientos y corrigiendo mis comportamientos.


viernes, 2 de septiembre de 2016

PORQUE FUERON SOMOS, Y PORQUE SOMOS SERÁN

Una magnífica manera de alcanzar un nivel de diferenciación óptimo, de lograr tener una relación de pareja trascendente, y de brindar a nuestros hijos un entorno familiar seguro, es poniéndonos en paz y armonía con nuestros padres, resolviendo aquellos asuntos que fueron quedando pendientes.

Lograr esto implica un proceso de elaboración e integración que a menudo no resulta sencillo. Cuando hemos articulado nuestro presente con el dolor emocional, el enfado o incluso con la culpa por aquello que nos ocurrió con nuestros padres, es comprensiblemente difícil aceptarlos y mirarlos de una manera amable y respetuosa.

Dentro del contexto terapéutico se utilizan diferentes técnicas o dinámicas que pueden ayudarnos a hacer un cambio de mirada sobre nuestros padres. Un análisis profundo del genograma puede permitirnos, por un momento, tomar distancia de nosotros mismos y reconocer a nuestros padres como hijos que fueron; hijos que como nosotros también vivieron situaciones de sufrimiento pero que no pudieron o supieron resolver. Este cambio de mirada nos va a ayudar a conectar con su dolor y con la carencia y el vacío que este dolor les supuso.

¿Qué mejor manera de honrar a nuestros anteriores que no repitiendo estas secuencias disfuncionales?

Aceptando esto, que los errores que nuestros padres cometieron con nosotros están estrechamente ligados con los errores que sus padres cometieron con ellos (y así sucesivamente), nos va a permitir detener esta transmisión transgeneracional, nos va a permitir no proyectar este asunto, y el dolor resultante, en nuestros hijos.

Puesto que porque fueron somos, en todas sus dimensiones, también es importante que veamos y reconozcamos aquellas cosas positivas que nuestros padres si pudieron ofrecernos, esa luz que había entre las sombras.

¿Qué mejor manera de honrar a nuestros anteriores que ofreciendo a nuestros hijos aquellas cosas positivas que nosotros recibimos?

Alcanzar esta sintonía trigeneracional, entre nuestros padres, nosotros y nuestros hijos, es uno de los objetivos que podemos alcanzar en un proceso terapéutico.



domingo, 10 de abril de 2016

MITOS FAMILIARES

En el trabajo psicoterapéutico con familias es útil conocer y tener en cuenta los mitos que sostienen el equilibrio familiar. Nos puede ayudar a comprender no solo el "por qué", sino también el "para qué" (se) mantienen determinadas dinámicas relacionales. 

Reconocer alguno de estos mitos en las familias puede ayudarnos a saber dónde tenemos que posicionarnos en nuestro rol de terapeutas, y qué expectativas puede tener la familia sobre el propio proceso terapéutico y sobre nosotros.

A modo de categorización, diferenciaríamos los siguientes mitos.

Mito de Armonía: Intentan proyectar una imagen idílica de la familia y generar la impresión en los demás de que todo está bien. Utilizan mecanismos como la negación y la idealización; niegan todo lo negativo, todo lo que puede representar un conflicto, dificultad o problema, a la vez que idealizan y amplifican los aspectos positivos. Está dinámica les lleva a gastar más energía en ocultar los conflictos que en resolverlos.


Este tipo de funcionamiento familiar tiende a bloquear la libre expresión de emociones, sobretodo aquellas que pueden cuestionar la armonía de la familia. En palabras de Sigmund Freud, "lo reprimido suele retornar a la conciencia bajo la forma de un síntoma que en algunas ocasiones se registra o se interpreta como una enfermedad que se origina en el cuerpo." En ocasiones el único medio de expresión que encuentran los miembros de la familia es la somatización del conflicto. 

El motivo que suele traer a este tipo de familias a terapia es justamente cuando alguno de los hijos desarrolla algún síntoma.

 Mito de disculpa y redención: El funcionamiento de este tipo de familias se caracteriza por culpabilizar a una persona (o varias) del sufrimiento de la familia.

La persona sobre la cual se deposita la culpa puede formar parte del núcleo familiar, pero también puede ser externo, ser un familiar ausente (periférico) o incluso haber fallecido.

Un ejemplo es el caso del padre “malo”, desaparecido de casa y con problemas de alcoholismo, cuya familia interpreta que les ha abandonado y que es el culpable de cualquier mal o desgracia que sufran, sin entrar a indagar si hay otras causas que expliquen el por qué de tales males.

Este mito impide ver el verdadero fondo de las conductas que se exteriorizan con malestar y sufrimiento, lo cual hace más complejo el trabajo terapéutico.


Mito de salvación y protección: Este tipo de mito es una ampliación del mito de disculpa y redención; tras toda la reparación vendrá la salvación como el final esperado de cualquier tipo de dolor o conflicto familiar. La base de este mito está en la creencia de que todo sufrimiento puede ser erradicado gracias a la intervención de una persona salvadora. Tal salvador puede formar parte de la familia o no; el propio terapeuta puede ser interpretado por la familia como el salvador que les proporcionará el bienestar y les liberará del sufrimiento. 

lunes, 28 de marzo de 2016

NUESTRA VISIÓN DEL MUNDO


La visión del mundo de cada persona es tan única como sus huellas dactilares. No hay dos personas parecidas. No hay dos personas que entiendan la misma frase de la misma manera... Por lo tanto, al tratar con la gente, intenta no adaptarla a tu idea de cómo debería ser... 


Milton Erickson 

viernes, 9 de octubre de 2015

EL CUERPO NUNCA MIENTE


“Un niño, cuando nace, necesita el amor de sus padres, es decir necesita que éstos le den su afecto, su atención, su protección, sus cuidados y su disposición a comunicarse con él. Equipado para la vida con estas virtudes, el cuerpo conserva un buen recuerdo y, más adelante, el adulto podrá dar a sus hijos el mismo amor. Pero cuando todo esto falta, el que entonces era un niño mantiene de por vida el anhelo de satisfacer sus primeras funciones vitales; un anhelo que de adulto proyectará sobre otras personas. Por otra parte, cuando menos amor haya recibido el niño, cuanto más amor se le haya negado y maltratado con el pretexto de la educación, más dependerá, una vez que sea adulto, de sus padres o de figuras sustitutivas, de quien esperará todo aquello que sus progenitores no le dieron de pequeño, esta es la reacción natural del cuerpo. El cuerpo sabe de qué carece, no puede olvidar las privaciones el agujero está ahí y espera ser llenado”.

Alice Miller